lunes, 14 de agosto de 2006

Segundazos

Pero lo que pasará es lo que ya pasó,
y todo lo que se hará ya ha sido hecho.
¡No hay nada nuevo bajo el sol!
Eclesiastés 1:9

Alguna vez compré una chaqueta usada. De cuero. Sinceramente, se me veía fenomenal. (Se me ve, porque todavía la uso. Irónicamente, está como nueva). Casi todas las personas a quienes les conté de mi adquisición me miraron con cara de reprobación, (mis amigos) con cara de asco (mi hermana) e incluso, con cara de pesar (mi madre).

- Mijo, (cara de reprobación) ¿cómo fuiste a comprarte eso? (cara de asco) No tienes que andar por ahí vistiéndote como un pordiosero (cara de pesar).

- La compré porque me gustó. ¿Qué tiene de malo?

Error No. 1: Discertar con la madre -o cualquier pariente femenino en primer o segundo grado de consanguinidad que nos doble, triplique o cuadraplique la edad- acerca de lo bueno y lo malo. (Se puede sustituir el término error por mandamiento: ambos implican estupidez.)

- ¿Cómo que qué tiene de malo?

Madre mía, mujer misteriosa, rosario de acertijos incontestables. Evidentemente, quedé como un ignorante. Y con esa maldita facultad maternal de preguntar cosas imposibles, (¿Qué le viste a esa niña? ¿A qué hora llegas? ¿De quién son estas revistas?) continuó:

- ¿No te has puesto a pensar en quién carajos se la habrá puesto antes?

Y no, no lo habia pensado. Y siendo sinceros, tampoco quería saberlo.

- Pues no. Igual en la tienda mandan a la lavandería toda la ropa que les llega.

Indignada, disparó su última y más hiriente bala:

- ¿No te da asco?

Confieso que por un momento me vi derrotado. Pero los dioses suelen ser bondadosos con quienes tienen la razón.

- Pues no, no me da asco. Y no me da asco porque en este mundo no hay nada nuevo. ¿Te acuerdas del primer carro que tuvimos? ¿El rojo?

- Pero un carro es diferente, no compares tu chaqueta con un carro...

- ¿Ah no? ¿Y por qué no? (cara de reprobación) ¿Qué sabes vos qué carajos habrán hecho en estos asientos? ¿Y cuando vamos a los restaurantes? ¿Quién diablos no habrá metido la cuchara en esos platos, quién tanto no se habrá sentado en esas sillas? ¿Y en los baños públicos? ¿Y qué tal cuando nos enamoramos?

- Pero ahí lo que importa es la experiencia...

- El kilometraje, será. (cara de asco) ¿Qué sabes vos qué carajo habrá hecho esa persona? ¿Quién tanto le habrá metido la cucharada? ¿No has pensado en quién diablos se lo habrá puesto antes? ¿Qué es el amor sino una feria de lo usado? Lo máximo a lo que podemos aspirar es a un buen segundazo, ¿no? Es muy muy difícil encontrar a alguien de primera mano, último modelo, listo para estrenar...todos los que se cruzan por nuestro camino tienen el rótulo de casi nuevos o poco uso en el mejor de los casos...

- Mirá, ahí viene tu papá. (cara de pesar).

No hay comentarios.:

Publicar un comentario