domingo, 15 de enero de 2023

Who owns the truth?

Computers have taken over every aspect of human lives: jobs, bank transfers, dates, memories and revolutions; all that we do, who we meet, what we like, where we go and what we love can be stored in a computer file to be analized, recreated, altered and corrupted. The legal system uses these records looking for justice. But are they "the truth"? Does any part of it still belong to us? Can we be defined by it?

We used to keep it within us. We used to swear by God that it was all that we were.

But if truth is stored in computers, then lying is the last thing that makes us human.

martes, 15 de marzo de 2022

Recompensa

Reencarnar en una piedra.
Reencarnar en un ser inmortal.
Todos las patean,
todos las pisotean.

La humildad y la nobleza son el precio de la eternidad. 

sábado, 5 de febrero de 2022

Oración para Apolo

Oh señor,
concédele a mi mente
el filo de la espada;
concédele a mis manos
la facilidad de los ríos
para volver redondas las piedras,
y a mi voz,
el brillo de las estrellas,
para que con mi mente,
mis manos y mi voz,
que son mis armas,
conquiste los lugares que me prometiste
antes de nacer.

Oración para mi hijo

Oro para que esta noche sueñes con los angelitos
y mañana despiertes con el canto de los pajaritos.
Oro para que te mantengas fuerte,
inquebrantable,
para que nada te rompa,
para que nada te destruya,
para que a nada le temas 
y a nada le huyas,
para que conserves por siempre en tu corazón
la magia,
la pureza,
la sabiduría y el amor
con que fueron creadas todas las cosas que existen:
el cielo y el mar,
la luna y las estrellas,
y que esa energía luminosa
llegue hasta tus manos,
hasta tus ojos,
a las cosas que piensas,
a las cosas que dices
y a las cosas que haces;
que tus palabras sean dulces como el agua,
cálidas como el fuego,
frescas como la brisa
y generosas como la tierra,
y que ilumines con tu pureza
todo lo que está a tu alrededor,
porque ese es tu destino:
traer luz a nuestros corazones,
traer luz al mundo.

Brilla con todas tus fuerzas hijo mío,
que yo protegeré tu llama
con mi propia vida.

viernes, 4 de febrero de 2022

Artificial intelligence, artificial decisions; augmented reality, reduced perceptions.

La inteligencia artificial es una tecnología que facilita ampliamente tareas y procesos que requieren tiempo y mano de obra especializada y costosa. Gracias a la ella, es posible visualizar ideas en corto tiempo y con creciente precisión. Los avances del pensamiento humano junto con las grandes incógnitas del universo y de la vida, pueden beneficiarse de esta tecnología gracias a la infinita capacidad de almacenamiento y asociación de conceptos, dando origen, en el mejor de los casos, a una época de iluminación de la humanidad. Sin embargo, la dependencia de las sociedades en bots y robots cada vez más capacitados presenta, a futuro, implicaciones que por ahora, solamente podemos aventurarnos a contestar. ¿Terminarán todos los procesos que tienen lugar en la sociedad (la compra y venta de neceseres, la moda, los trabajos, la democracia, las citas románticas y demás) sometidos a un algoritmo que elige “lo mejor” para las personas? ¿Dónde quedaría el libre albedrío? La inteligencia artificial no puede ser jamás una imposición: debe ser una aliada, una compañera.

Probablemente, la inteligencia artificial es en el fondo, una recreación de Dios: un ser que todo lo sabe, que todo lo puede, que todo lo decide y que sabe qué es lo mejor para nosotros. Desde C3PO hasta Sophia, los robots fueron hechos a imagen y semejanza de los hombres: la inteligencia artificial está hecha a imagen y semejanza de Dios. Tal vez es esa cercanía con lo divino lo que nos cautiva, porque no hace falta aislarse del mundo e irse a las montañas para experimentar el éxtasis de Su bondad: basta un teléfono celular para sentirnos omnipotentes. 

En las películas hemos visto que los robots intentan parecerse a los humanos: quieren amar, quieren llorar, quieren sufrir, quieren gozar (El hombre bicentenario, La pequeña maravilla, la versión T 800 de los Terminators). Que unas máquinas con ese grado de perfección  -¿es la perfección algo relativo ó absoluto?- quieran parecerse a nosotros, con nuestros miedos, sueños y esperanzas; que esas máquinas, por voluntad propia, quieran adoptar los “defectos” de los que quisieron librarlas sus creadores, debería hablarnos contundentemente sobre nuestra propia perfección.

(Por lo menos, en la ficción).