miércoles, 13 de septiembre de 2006

A Don Rigoberto

Quisiera volver a ser un niño pequeño, una pequeña larva sin alas. Tener otra vez esa edad en la que el tiempo transcurre como un dulce cosquilleo de reloj; que otra vez me enseñaras a hablar, a caminar, a jugar fútbol; volver a ser el "Rigo chiquito": esa gotita de agua igualita a vos. Pero al tiempo me gustaría que vos también fueras un niño pequeño y que volvieramos a esa playa donde pasaste tu infancia, que construyeramos castillos en la arena, y que yo aprendiera, como vos, a nadar en el mar. Me hubiera gustado mucho, no sabes cuanto, haber sido aquel niño con el que un día construiste una precaria balsita de madera para explorar el oceano; habernos perdido todo el día buscando tesoros, monstruos, barcos abandonados o alguna isla sin dueño y volver al final de la tarde casi muertos a encontrarnos con el rostro triste de la abuela, diciéndonos, entre sollozos, que nunca más emprendieramos esos viajes imaginarios. Pero nos correspondió encontrarnos en otro camino, en otras circunstancias y de otra manera: vos el padre, yo el hijo. En otro universo probablemente sea al revés, yo la madre y vos la hija, vos el revolver y yo el disparo, yo el tigre y vos el pintado, no importa como, lo cierto es que hoy, en tu cumpleaños, cuando soples las velitas, me perdones por no poder estar con vos.

Mayo 3 de 2006.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario