miércoles, 1 de febrero de 2017

Jetlag

Mis días comienzan cuando los tuyos terminan, me llamas cuando te vas a dormir y cuando eso sucede falta poco para que yo despierte: es un encuentro, una cita casi clandestina en el límite mismo de las horas y los minutos que deciden si es de día o de noche; tu voz llega como un fino rayo de luz desde el otro lado del mundo para decirme que me amas; a veces, repentinamente, detonado por algún detalle que no calza del todo, pienso que debo estar viviendo en una realidad paralela y que en algun momento de estos últimos años algo inexplicable sucedió en mi vida: una desviación, un camino secreto, algo que me condujo a tí. Pienso en mi otro yo que está viviendo cualquier otra vida, dedicándose a quién sabe qué cosa, sin conocerte, y recuerdo lo afortunado que soy al haberte encontrado en ésta realidad de las millones posibles. Amo encontrarnos en el límite mismo de las horas y los minutos, como se encuentran el cielo y el mar, en el límite del mundo.

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