Facebook es probablemente la semilla de la fuente de información más poderosa que haya existido. Si proyectamos unos años en el futuro toda la información que los usuarios mismos incluyen en sus perfiles (esto es: desde qué películas/música/ le gustan, pasatiempos y hábitos hasta algo llamado social timeline: una guía construida a través del tiempo que señalaría la duración de las relaciones afectivas y de amistad; pasando desde luego por las circunstancias y lugares en los que conoció a los de su red, los eventos a los que asiste, los grupos a los que se une, los nuevos amigos que hace, los apodos, los saludos que escribe, los regalos virtuales que da y recibe o lo que está haciendo en este preciso momento, entre otras informaciones no menos importantes) tendremos entre manos un documento histórico tan valioso como inconmesurable.
Si el sistema tal y como lo vislumbro funcionara en estos momentos podríamos acceder a los social timelines de nuestros padres, abuelos, y tatarabuelos elevados a la décima potencia; saber quiénes eran sus amigos y cómo se conocieron, qué hacían para vivir y cómo se relacionaban con el mundo. Por ejemplo, Eduardo es un As para bailar pero todos en su familia son unos troncos. Luego, Eduardo ingresa al sistema y comienza a revisar a los de su línea hasta que descubre que en el siglo XIX una mujer pariente suya se hizo bailarina debido a la influencia que ejerció sobre ella una amiga que llegó de otra ciudad, entendiendo y conociendo al mismo tiempo la razón por la cual él es igualmente falto de carácter. El acceso a las raíces, ramas y frutos del árbol genealógico de la humanidad le otorgaría al usuario la capacidad de reconocerse en otras personas que existieron antes que él -y que están dentro de él; detrás nuestro hay una interminable fila de personas que se perpetua hasta el principio de la humanidad misma (tan sólo alcanzamos a ver a nuestros padres y abuelos por lo general)- asi como saber el por qué (tan sólo el por qué, jamás el para qué) de muchas cosas de su existencia. De paso, Eduardo aprovecha para dejarle a su pariente una rosa en su tumba virtual.
Todo lo que sirva para verse claramente al espejo es fundamental y decisivo en la historia de los hombres.
Un backup de Facebook sería una golosina para los antropólogos del futuro, en efecto. Pero espere un poco, y verá como también se llena de SPAM.
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