Tomaron el recipiente al mismo tiempo, empinaron el codo y bebieron. Mientras se miraban a los ojos el líquido bajó como un cuerpo salado por sus gargantas. Posaron de nuevo la copa en la mesa. Hacian todo en coro; parecía que se estaban viendo al espejo, a uno de esos que exagera los rasgos.
- Y, ¿qué tal tu vida sexual?
- Pues...creo que podría ser mejor.
- ¿Si?
- Sí. A lo mejor ella piensa lo mismo.
- Claro. Lo mejor es tener buena comunicación y, sobre todo, experimentar. ¿O cómo crees que se inventaron la dinamita?
- No sé. Un reactivo aquí, un reactivo acá: la química del amor.
- Batman y Robin se aburrieron y conocieron a Gatubela, al Guasón, al Pingüino. Es un problema que data desde Adán y Eva.
- ¿Te refieres a hacerlo con más personas?
- Con pingüinos no sé cómo será.
- Yo todavía creo que dos son compañía...
- El dos es la monotonía...
- ...y que tres son multitud.
- ...tres son gratitud.
Recordó que para los griegos el tres representaba la perfección. Recordó a su abuela hablándole de La Santísima Trinidad. Recordó al triángulo isóceles y al triángulo equilátero. Se imaginó haciendo las veces de la hipotenusa que junta dos direcciones irreconciliables.
- Mirá, salen un día a un bar y se juntan con algún desconocido, porque lo mejor es que sean desconocidos, se toman unos tragos y a lo que vinimos; el azar suele ser bueno con quienes lo retan.
- En un trío todos son desconocidos: líneas paralelas que se miran de soslayo.
- Es, en últimas, un problema algebraico. Juntas una incógnita X con otra incógnita X y le agregas una X más. ¿Qué tienes?
- XXX. Trinomio cuadrado perfecto, creo.
- Exxxacto. La ecuación del placer. Y es, además, un delicioso intercambio de conocimientos: todos hacen y dan lo mejor de sí, el mejor ejemplo de la mayéutica socrática. ¿Ves a esa morena de falda que acaba de entrar al baño? Es nuestra oportunidad.
- No alcanzo a ver...
- Seguime. Vas a ver como se entusiasma.
- ¿Cómo sabes eso?
- Si le hubieras visto la cara habrías notado lo aburrida que está con su vida.
Dejó que se adelantara y miró con estupefacción lo que sucedió: tomó a la morena por la mano derecha, le apartó el pelo del rostro y la besó suavemente. Al rato, sus manos descendieron como un ave de presa hacia sus nalgas. Sus dedos, entre pierna y pierna, reptaban con la gracia de una segunda lengua. La morena, en respuesta, le acarició los senos y mientras lo hacía se dirigió a la otra mujer:
- Si amor, a lo mejor sí pienso lo mismo.
Sincère...Fantastique!
ResponderBorrarVas bien pero puede mejorar.
ResponderBorrarbuena musica la que estan haciendo