Dice elocuentemente el séptimo de los díez mandamientos: no robarás. Y con la misma precisión reza el quinto: no matarás (en los mandamientos impares siempre hay un autor intelectual, un manipulador; el resto es egoísmo del puro; la cuenta siempre es regresiva y nunca hay saldo a favor). Durante las temporadas navideñas las autoridades estatales siempre nos advierten acerca del aumento de la delincuencia y sobre las precauciones que debemos tomar los civiles para contrarrestar a los malhechores a quienes, sobra decir, nos importa un comino cualquier cosa que haya dicho Moisés, Caín o Judas Iscariote.
Mis restos y los de mis secuaces, como los de Pinochet, serán incinerados también en el Infierno.
Feliz 2007.
jajaja ojalá los pandebonos hayan estado suficientemente buenos para que valga la pena soportar el Fuego Eterno
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