Mi madre, como todas las madres del mundo, guarda en su mente esa legendaria sabiduría que hace de ellas unos seres intransigentes, insobornables e irrefutables con quienes tenemos perdidas todas las peleas, -bueno, no todas- discusiones, alegatos y demás enfrentamientos. Dicha sabiduría les permite crear planteamientos y silogismos con la facilidad de un niño que tira los dados: todas las combinaciones son posibles para ellas. Y hoy me vi francamente sorprendido con lo que nos dijo a mi hermana y a mí, pues fue capaz de juntar en una sola frase genial y absolutamente irrefutable conceptos tan dispares -familia, ciencia y religión- con el virtuosismo de alguien que lleva años dedicado a la realización de aforismos. Sin más, ahí los dejo con este cañón:
A los papás, a los sacerdotes y a los médicos siempre hay que decirles la verdad.
!!!
q puede uno decir contra eso? nada! un saludo
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